Todo lo que debes saber sobre la urbanización vertical
En España está presente una tendencia de dotar a ciudades no demasiado grandes de edificios de gran altura, hasta el punto de constituir prácticamente unos rascacielos. No obstante, esta se localiza especialmente en la zona del levante, con ciudades como Benidorm que ejemplifican con nitidez en la práctica esa idea.
Todo ello está íntimamente relacionado con lo que se conoce como urbanización vertical. Como es una realidad muy palpable en nuestro país, en esta nueva entrada del blog de Ahijones se va a hablar de lo que significa exactamente este término y qué beneficios aporta a los núcleos urbanos donde se aplica.
¿Qué es la urbanización vertical?
La urbanización vertical es una manera de desarrollo que consiste en la construcción y en la proliferación de edificaciones de gran altura con el fin de sacar provecho de espacios reducidos que, a su vez, se encuentran en las grandes ciudades. De esta forma se logra ocupar muy poca superficie de suelo, se concentra una gran cantidad de población en pocos metros y se evita que la expansión urbana dañe zonas agrícolas o rurales.
En las localizaciones donde tiene lugar es común observar edificios residenciales con una gran cantidad de pisos o plantas, hoteles, oficinas de empresas y comercios. No son pocas las ocasiones en las que todos ellos conviven.
Una vez contado todo esto, es el momento de explicar qué ventajas proporciona esta forma de crecimiento y evolución a los lugares en los que se lleva a cabo.
Algunas ventajas de la urbanización vertical
Al igual que todo en la vida, hay un porqué detrás que razona la ejecución de esta estrategia, por lo que es importante poner luz en ello tratando los beneficios que aporta:
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Medioambiental
- Como se ha dicho recientemente, el hecho de concentrar una gran densidad de población sobre una ubicación de pequeñas proporciones ahorra tener que expandir los límites de la urbe hasta el punto de mermar enclaves rurales, naturales o agrícolas.
- Esto también tiene como consecuencia que no se produzcan tantos desplazamientos a lo largo de los días, ya que aunar en un mismo edificio distintos usos (vivienda, actividades comerciales y negocios, por ejemplo) hace innecesario echar mano del coche o moto y reduce en este caso las emisiones de CO2.
- Además, hay estudios que demuestran que el agua se emplea con mayor eficiencia ya que las grises y la producida por la lluvia podrían ser reutilizadas, lo que supondría un gran ahorro en lo que a su consumo se refiere.
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Modernidad
- Estas construcciones se dotan de materiales que son de los más sólidos que hay, por lo que su durabilidad es extensa. Nuevamente aquí entra en juego un ahorro económico considerable en concepto de mantenimiento, al que se suma el resultante de un menor consumo de energía propiciado, a su vez, por la ubicación respecto al sol por esa gran envergadura que le caracteriza.
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Seguridad
- El control de la entrada y salida de residentes, trabajadores y demás inquilinos es mayor en este tipo de construcciones, por lo que la seguridad está plenamente garantizada.
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Calidad de vida
- Dotar de mejores diseños a los espacios más pequeños tan comunes aquí hace que las necesidades materiales, sociales y económicas de quienes viven o trabajan sean más fácilmente atendidas.
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Empleo del suelo optimizado
- El poco espacio que ocupa cada edificio permite que la creciente demanda demográfica no sea un problema, y además ayuda al fomento y creación de zonas verdes que conecten a los ciudadanos con la naturaleza, que mantengan un estilo de vida saludable y que haya una evolución de la idea de comunidad y sociedad.
- Tras tratar todas las bondades de la urbanización vertical, es el momento de hablar también de los inconvenientes o desventajas que presenta.
Desventajas de la urbanización vertical
Aunque por número son menos que las cosas buenas que aporta, eso no quiere decir que no haya que prestarles atención. Sin ir más lejos, a la hora de enfrentarse a una emergencia su gran envergadura impide actuar con la rapidez que exigen estas situaciones de riesgo.
El consumo energético de los ascensores es otro reto al que se enfrenta esta forma de construir, ya que al contrario que los pisos, habitaciones y plantas siempre emplean luz y energía mientras que se desplazan por el edificio correspondiente.